Las Cáritas diocesanas de Solsona, Urgell y Lleida han atendido durante el año 2015 a un total de 17.095 personas, dato que implica un 10% más respecto al año 2014. El servicio con más demanda es el programa de acogida con casi un tercio del total de las personas que han pasado por nuestras entidades (6.794 personas). A continuación está el programa de integración laboral y social donde encontramos diferentes servicios que trabajan habilidades para que las personas puedan incorporarse al mercado laboral (3.793 personas). En global, detectamos que se ha producido un incremento de atención en los colectivos más vulnerables, familias con menores un 14%, personas sin hogar un 12% y mayores con un 17% respecto al año anterior.
Durante el año 2015 las tres Cáritas diocesanas hemos entregado algo más de medio millón de euros, concretamente 546.035 euros, en ayudas económicas, es decir, que se han entregado directamente a las familias para que éstas pudieran cubrir necesidades básicas (alimentos, suministros del hogar, alquileres, medicamentos).
De estos datos podemos concluir que los usuarios que se han aproximado a nuestras entidades son personas que tienen muchas dificultades y por lo tanto son los que están peor y con menos posibilidades de salir adelante de la zona de exclusión y/o vulnerabilidad. Hace ahora más de ocho años que nos encontramos en una situación de crisis y las pequeñas mejoras que nos dicen que hay en los mercados financieros no influyen en las vidas de las familias que atendemos. Observamos que las situaciones se cronifican y agravan, vemos los mismos rostros año tras año.
Por otra parte, a pesar de que vivimos en el Estado del Bienestar, donde los derechos están reconocidos y garantizados, la realidad nos muestra que el Derecho al Trabajo es inexistente y que otros como el sanitario que sí está reconocido, en muchos casos implica un gasto económico que las personas atendidas por Cáritas no pueden hacer frente, como son la compra de unos medicamentos.
A partir de aquí queremos ofrecer dos elementos claves que nos pueden ayudar a modificar la situación vivida como son la economía social y poner en el centro de nuestras acciones a la persona.
El pasado 6 de mayo el Papa Francisco en su discurso al recibir el Premio Carlomagno dijo que “había que buscar nuevos modelos económicos más inclusivos y equitativos”. El Santo Padre dijo que “esto implica pasar de una economía que apunta al rédito y al beneficio, basada en la especulación y el préstamo con interés en una economía social que invierte en las personas creando puestos de trabajo y cualificación”.
Por otra parte pedimos poner en el centro de nuestras acciones a la persona. No mirar los números, sino diseñar políticas y acciones destinadas a las necesidades que la persona plantea. Toda persona tiene capacidades y es necesario que lo acompañamos en este proceso de autonomía.
Toda nuestra labor no sería posible sin la colaboración de los 1.674 voluntarios/as que nos apoyan.
Las Cáritas diocesanas de Solsona, Urgell y Lleida han presentado estos datos esta mañana en una rueda de prensa presidida por el obispo de Lleida, Salvador Giménez. También han participado la secretaria general de Cáritas Diocesana de Lleida, María José Rosell, el director de Cáritas Diocesana de Solsona, Josep Vidal y la coordinadora de programas de Cáritas Diocesana de Urgell, Marta Fortuny.
Durante el año 2015 las tres Cáritas diocesanas hemos entregado algo más de medio millón de euros, concretamente 546.035 euros, en ayudas económicas, es decir, que se han entregado directamente a las familias para que éstas pudieran cubrir necesidades básicas (alimentos, suministros del hogar, alquileres, medicamentos).
De estos datos podemos concluir que los usuarios que se han aproximado a nuestras entidades son personas que tienen muchas dificultades y por lo tanto son los que están peor y con menos posibilidades de salir adelante de la zona de exclusión y/o vulnerabilidad. Hace ahora más de ocho años que nos encontramos en una situación de crisis y las pequeñas mejoras que nos dicen que hay en los mercados financieros no influyen en las vidas de las familias que atendemos. Observamos que las situaciones se cronifican y agravan, vemos los mismos rostros año tras año.
Por otra parte, a pesar de que vivimos en el Estado del Bienestar, donde los derechos están reconocidos y garantizados, la realidad nos muestra que el Derecho al Trabajo es inexistente y que otros como el sanitario que sí está reconocido, en muchos casos implica un gasto económico que las personas atendidas por Cáritas no pueden hacer frente, como son la compra de unos medicamentos.
A partir de aquí queremos ofrecer dos elementos claves que nos pueden ayudar a modificar la situación vivida como son la economía social y poner en el centro de nuestras acciones a la persona.
El pasado 6 de mayo el Papa Francisco en su discurso al recibir el Premio Carlomagno dijo que “había que buscar nuevos modelos económicos más inclusivos y equitativos”. El Santo Padre dijo que “esto implica pasar de una economía que apunta al rédito y al beneficio, basada en la especulación y el préstamo con interés en una economía social que invierte en las personas creando puestos de trabajo y cualificación”.
Por otra parte pedimos poner en el centro de nuestras acciones a la persona. No mirar los números, sino diseñar políticas y acciones destinadas a las necesidades que la persona plantea. Toda persona tiene capacidades y es necesario que lo acompañamos en este proceso de autonomía.
Toda nuestra labor no sería posible sin la colaboración de los 1.674 voluntarios/as que nos apoyan.
Las Cáritas diocesanas de Solsona, Urgell y Lleida han presentado estos datos esta mañana en una rueda de prensa presidida por el obispo de Lleida, Salvador Giménez. También han participado la secretaria general de Cáritas Diocesana de Lleida, María José Rosell, el director de Cáritas Diocesana de Solsona, Josep Vidal y la coordinadora de programas de Cáritas Diocesana de Urgell, Marta Fortuny.
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